top of page
Screen_Shot_2021-09-18_at_15.20.28-removebg (1).png

'Encanto', una razón para volver al cine



Hoy más que nunca el mundo está volteando a LATAM en búsqueda de inspiración, no solo por la riqueza estética de nuestras culturas, sino también por el encanto de nuestras tradiciones. Disney no se quedó atrás y bajo esa premisa lanzó Encanto, una película animada inspirada en la belleza de la cultura colombiana, dirigida por Byron Howard y Jared Bush.


En búsqueda de una opinión objetiva acerca de la cinta nos pusimos en contacto con Lux Lancheros, editora global de Moda en Metro World News, una de las voces más relevantes del periodismo en Latinoamérica así como de la moda y la cultura de Colombia, para que nos diera su crítica de la película desde una perspectiva 100% colombiana:


Cómo colombiana, veo que Encanto es un homenaje hermoso y bien pensado de lo que hemos sido como país. Somos un país de guerra eterna, pero también de resiliencia, exuberancia e inmensa belleza. Y eso es lo que la nueva película de Disney ha sabido retratar tan bien, con mucha precisión y sutileza. Y de paso, me alegra el corazón ver que desde uno de los mayores imperios culturales del mundo se cambia un relato que hasta ahora y para desgracia de todos los colombianos pesaba sobre nosotros como una lápida que estamos hartos de cargar.


Adoré Encanto. De principio a fin.

El conflicto que nos ha bañado en sangre, la resiliencia, el peso de la preservación. Todo está ahí. Como periodista que en la moda y en el ejercicio de su profesión ha sido educada y ha querido aprender sobre nuestros saberes, me causó una enorme sonrisa ver muchos de nuestros elementos representativos. Ver el sombrero aguadeño, al lado del voltiao, los urdimbres, las camisas, los detalles. Los saberes, que son nuestro tesoro patrimonial.


Encanto (Disney)

¡Incluso esos aretes de la tía Pepa que vi en alguna marca colombiana hace poco! Me hicieron sonreír. También, quedé matada con ese respeto profundo a nuestras regiones. Turbantes, guayaberas, bordados. Los ponchos. Sonreí por eso.

Hay una parte donde me encantaron las referencias a las culturas precolombinas y su representación del mundo. Me mató ese detalle. Y que se viera en lo gráfico.

Por otro lado, la trama: yo no vi jamás una historia floja. Qué manera tan desgarradora, tan bella, de tratar a un país eternamente en guerra. Y cómo esas mariposas amarillas garciamarquianas se erigen como símbolo de resiliencia. Qué detalle. Ah si, yo lloré en Dos Oruguitas. Yo no sé qué esperaban. Los relatos gráficos de las masacres de la Guerra de los Mil Días? Las fotos de Jesús Abad Colorado? Es Disney. Y qué bella forma, mesurada y poderosa de contar una herida que aún sigue abierta en nosotros y en la familia Madrigal.

Y el punto es ese: Colombia es una herida abierta que se ha tratado de tapar de muchas formas. Sonará super fucking hippie, pero como en la película, hasta que no se habló de problema y se fue a la raíz del dolor, no hubo más magia ni fuerza. Hasta que ese dolor no se fue, hasta que no se reparó lo que aún hay que reparar (ojo, y con todo el pueblo), no hubo final feliz. Tal y como todavía nos pasa, moachos.

Encanto (Disney)

Acá no hay malo, simplemente porque el dolor es el pasado y de lo que no se encara ni se habla. Tal y como suele suceder en nuestro país. Hasta que no hubo un profundo entendimiento del otro, no hubo paz ni reconciliación ni magia.

Por otro lado, los paisajes hablan. La naturaleza habla. Yo pensaba: todo eso tan bello, por lo que han matado a todos sus guardianes en este gobierno nefasto, esa es nuestra verdadera riqueza. Y hay que verlo ya antes de que sea más tarde.

Si, hay una vela mágica, porque como nos contó Gabo, nosotros tenemos todos los días nuestro propio surrealismo en el dolor. Pero la vela es un punto de partida, no es en sí misma el centro del relato. Es un milagro que se construye todos los días.

I do stand x. Absolutamente. Y prefiero ese relato de país, que igual sigue siendo tan contemporáneo, al que nosotros incluso hemos tenido que narrar últimamente.

Mil veces. Siempre.







bottom of page