
Ahora el objetivo es desmaterializamos, total ya no hay CD'S puro Spotify y jamás nos compraremos un coche porque Uber y ahora que sigue… pues todo aquello a lo que le damos valor: el arte, el dinero, lo valioso.
Lo inexistente puede valer millones, la apariencia solo es relevante dentro de una red social y la riqueza no se mide a través de posesión de bienes si no a partir de la opulencia en adjetivos absurdos: criptomonedas y NFTs. El presidente de El Savador, Nayib Bukele ha promovido el proyecto de Bitcoin City del arquitecto mexicano Fernando Romero para atraer al creciente número de inversores de la criptomoneda.
Que en el mundo digital nos sigan millones y millones pero que en el mundo físico ni te me acerques porque ando enmascarada como la Kim K. La preferencia por una apariencia discreta y digital provoca una estética singular representada por materiales de aspecto tecnológico como los metales cromados, un brutalismo futurista y artículos que generen una identidad incógnita.
Por lo pronto podemos irnos al Home Depot por una cinta de policía para recrear un Balenciaga original de pies a cabeza, por que en esta tendencia todo lo que tocas se vuelve valioso y sin precio.
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